CONTRUYENDO ENTRE TODOS

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Espero que este espacio lo podamos construir entre todos. La idea des que discutamos y analicemos la situación de cada lugar del globo y que entre todos podamos ver, comprender y conocer. Internet es una herramienta que une los lugares más remotos del planeta (remotos para mi, a lo mejor no para vos) y que con un solo click uno puede leer lo que está pasando en tres lugares al mismo tiempo. Pero lo que suele pasar es que no tenemos tiempo para poder conocer e interiorizarnos sobre todo, la idea de este espacio es que entre todos podamos hacer eso que el tiempo no nos permite ver y conocer las distintas realidades que nos unen y nos separan al mismo tiempo, comprendiendo que de las diferencias se construye y se aprende.Bueno espero que podemos aprender este camino todos.Un gran abrazo.
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viernes, 22 de enero de 2010

Menos mal que Cristina NO es el genio de la lampara

Para los creyentes: Gracias a Dios que Cristina no es "genio".
Y para los no creyentes: Esperemos que "las genias" así, nunca existan.

viernes, 15 de enero de 2010

David Rock: "El peronismo fue un movimiento conservador" – Revista Ñ

14.01.2010 | Ideas

David Rock: "El peronismo fue un movimiento conservador" 19:18 | El historiador británico y especialista en la historia política argentina sostiene que el radicalismo y el peronismo nunca buscaron reformas estructurales. "El peronismo es un simulacro de un movimiento radical", polemiza.

Fueron los siete minutos más largos de la historia, o algo por el estilo le pareció el rato interminable que Antonio Rattín tardó en dejar el campo de juego del estadio de Wembley, luego de ser expulsado, en lo cuartos de final del mundial de fútbol de 1966, luego de ser expulsado y antes de de vengarse con el banderín con los colores británicos. Fue la primera vez que David Rock, que tiene nombre de estrella musical, pero es historiador liberal, de lectura obligatoria en casi todas las universidades del país, supo de la Argentina. Ahora, en California donde enseña un curso introductorio en la universidad local sobre historia de américa latina, se ríe cuando lo recuerda. Dos años después, y en en el ocaso del gobierno de Juan Carlos Onganía, llegaría con apenas 23 años para empaparse de historia argentina, hoy, su especialidad. Este historiador, además de dedicarse a investigar las relaciones bilaterales entre Argentina e Inglaterra, sobre el radicalismo y los grupos nacionalistas, interpretó en varios escritos la historia de uno de los dos partidos donde ejerció como legislador justamente Antonio Rattín. No escribió precisamente sobre el Paufe del ex comisario Luis Abelardo Patti, pero analizó una y otra vez la Argentina peronista. Por eso admite que tanto el radicalismo como el peronismo han sido en la práctica, y más allá del discurso, esencialmente conservadores. "N inguno de los dos, ni los radicales ni los peronistas pudieron cambiar básica o fundamentalmente la estructura económica o social del país", sentencia antes de meterse en la polémica relación que une desde hace siglos a su país, Gran Bretaña, y a la Argentina.
-¿Cómo nació su interés por la historia argentina?
-En Gran Bretaña me invitaron a escribir un pequeño artículo sobre la historia de la comunidad británica en la Argentina, que iba a formar parte de una colección de trabajos sobre comunidades británicas en distintas partes del mundo. La mayoría de los historiadores convocados para ese proyecto se dedicó al viejo imperio británico, a estudiar las comunidades de Sudáfrica, Canadá o la India, pero yo no, me dediqué a la Argentina, que obviamente nunca fue parte del imperio. En Argentina hay un grupo bastante grande de británicos, hace algunas décadas eran cerca de 60 mil. Y desde entonces me interesé y empecé a trabajar en varios temas. El año pasado participé centré una de mis últimas investigaciones en el desarrollo del imperialismo británico en América del Sur, lo que en Gran Bretaña se llama Imperialismo Informal, que quiere decir que la bandera inglesa no flameó. Sin embargo existía una fuerte influencia económica, y hasta cierto punto, poder británico en grandes extensiones de América del Sur, especialmente en Argentina. Bueno, ése fue el principio. Ahora estoy trabajando sobre otro problema que se refiere a la década de 1820 en América del Sur, es decir la época de Bernardino Rivadavia.
-¿Por qué es tan discutida todavía la relación entre el Reino Unido y la Argentina?
-Bueno, no sé si hay equívocos, hay distintas interpretaciones, hay unas que son muy positivas. Yo conozco mucha gente en Buenos Aires que ve la influencia británica como algo muy positivo, y obviamente que hay otra gente que lo ve al revés, que ve a los británicos como imperialistas, sobre todo por la época de los ferrocarriles británicos.
-Volviendo a uno de los temas que trata en su libro recientemente reeditado "Argentina en el Siglo XX": ¿los radicales y peronistas son conservadores?
-Los radicales no trataron de cambiar la estructura. Su énfasis estaba centrado en la distribución, más bien, y en problemas de participación política. Nunca trataron de cambiar la estructura básica de la economía. Mi argumento es que el Yrigoyenismo se convirtió en un sistema de burocratización del poder. Por la vía del gasto estatal Yrigoyen trató de construir un movimiento liderado por él en el que la clase media era dominante. Pero al final, él no pudo por las consecuencias de la crisis mundial de 1930. El peronismo es otra cosa. Al principio Perón trató de construir una sociedad industrial y fracasó. Al final del segundo gobierno, en los '50, él estaba volviendo a poner el énfasis en la exportación de los granos y de la carne.
-¿Y cómo recuerda el tercer peronismo, con el que usted convivió?
-Todo el mundo sabe que fue un desastre total.
Silencio. Tiempo muerto. Rock dice lo que piensa sin titubear y le parece increíble a la distancia la caída abrupta de popularidad del oficialismo en tan sólo dos años. Sin embargo, se muestra renuente a opinar sobre la realidad nacional. En 1972 escribía, con muchos menos reparos y desde la Argentina que "la gran disputa acerca del Peronismo gira en torno de si representa una fuerza política revolucionaria o por el contrario, simplemente puede considerárselo como un movimiento populista de transición pero esencialmente conservador, el cual desaparecerá tras la muerte de su líder".
-La pregunta acerca de la supervivencia del peronismo después de Perón quedó saldada...
En aquel momento escribía casi como un periodista y todos los días cambiaba algo, no podía predecir lo que iba a pasar. La discusión de la época era si el peronismo era un movimiento revolucionario. Yo participé de esas discusiones y recuerdo que algunos izquierdistas decían que el peronismo era un movimiento revolucionario, cosa de la que yo dudaba, porque sabía un poquito sobre el peronismo de 1946. De cualquier manera, es obvio que el peronismo tuvo bastantes conexiones con movimientos de la derecha. Y para mí, interpretarlo como un movimiento izquierdista era falso, también en 1970. Otra cosa que sostenía es que el peronismo es un tipo de populismo, un simulacro de un movimiento radical. Es decir que fue un movimiento fundamentalmente conservador, que pretendía ser algo revolucionario, y que logró un apoyo popular masivo. Pero el populismo es nada más que una tentativa de explicar el fenómeno.
-¿Y por qué cree que se repiten esos personalismos a lo largo de la historia argentina? Yirigoyenismo, peronismo antes, alfonsinismo, menemismo, kirchnerismo, después...
-Es una pregunta muy difícil. Hay muchos que dicen: "es una cuestión de la cultura latinoamericana o hispánica". Nunca creí en esas explicaciones, pero a veces es muy tentadora esa opción. Históricamente, y hablando más bien estructuralmente, cuando estaba trabajando sobre el Yrigoyenismo, noté, estudiando periódicamente los diarios de esa época, que había un énfasis sobre la personalidad del jefe en momentos en que se estaba tratando de difundir su apoyo, de aumentar su popularidad. Lo único que lo une con Perón es la personalidad de líder. Y eso se pudo ver cuando volvió Perón en 1973. Los sectores más diversos apoyaron a Perón durante un ratito aquel año, pero lo único que pueden decir, el único punto de unión entre ellos era la personalidad del líder, de Perón mismo. Entonces, creo que el personalismo es un mecanismo para crear y diversificar el apoyo popular o sectorial del movimiento político. Además, es una técnica para responder a una crisis.
-¿Por ejemplo?
-En 1919, por ejemplo, después de la Primera Guerra Mundial y de la Revolución Rusa, es una época de muy fuerte inflación en Buenos Aires, y la única manera, en la que en varios momentos Yrigoyen pudo mantener su posición, fue construyendo un tipo de liderazgo carismático. Decía algo así como: "yo soy el gran líder, yo voy a regenerar el país, yo tengo las capacidades". Como si fuera un extraterrestre. Era exagerado, pero hasta cierto punto tuvo éxito, era una estrategia exitosa hasta cierto punto. Entonces, lo que llama usted el personalismo tiene varias funciones en la manera en que el movimiento político se desarrolla.
-¿Desde qué corrientes de pensamiento se ha estudiado la Argentina desde el exterior?
-El marxismo era más fuerte a principios de 1970, hasta la mitad de la década cuando fue reprimido por los militares en Argentina, y gradualmente perdió su popularidad afuera, en Europa también. Aquí, en los Estados Unidos, nunca tuvo mucho que decir, era muy resistido por los norteamericanos. Pero en América latina y Europa, tuvo su buen momento. Con los militares, vino una época de pobreza ideológica y había muy poco de interés por el país. En los últimos 10 años yo he notado un cambio bastante profundo en la situación. Hoy hay muy buenos historiadores formados en la Argentina.

http://www.clarin.com/notas/2010/01/14/_-02119322.htm

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viernes, 8 de enero de 2010

Fondo del Bicentenario – Qué Quilombo!!!

Sólo voy a realizar una serie de comentarios acerca de los que está sucediendo a partir del decreto que destituye de su puesto al presidente del Banco Central de la Argentina.

Todos podemos ver lo que está sucediendo, y es sólo cuestión de leer el diario o encender el noticiero. Como sociedad debemos tomar una posición, ejemplar, y solicitar una salida institucional y pacífica.

Desde el punto de vista institucional, tanto Redrado como la presidenta de la nación incumplieron en sus deberes, a la hora de encontrar una salida al problema. El Sr. Redrado no tendría que haber resistido en su puesto, como el guerrero de la justicia y el capital argentino. Ya que, sí así fuera, fue el que inició un conflicto más grande, que puede llevar a la caída del valor del peso argentino. Era mucho más sencillo renunciar a su puesto, y realizar todas las denuncias necesarias desde afuera. Y no traer el conflicto institucional en el que nos encontramos.

Ahora, sólo Redrado no es el único responsable de la situación en la que nos encontramos. La Sra. presidenta de la nación, se encuentra incumpliendo de sus deberes en el momento que retira de su cargo al presidente del Banco Central a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia. Las leyes y las normas fueron creadas para su cumplimiento (regir a todos los ciudadanos), y en estas se establece que la remoción de Redrado se debe hacer a través de una comisión parlamentaria. Y llamar a esta comisión parlamentaria es lo que se debería haber hecho.

Bueno, lo hecho está hecho, y ahora nos encontramos en un especie de crisis institucional (así lo dicen los medios) en la que ya intervino la justicia inhabilitando la utilización de los fondos. Pero tampoco es solución, ya que la problemática presupuestaria le corresponde discutirla al congreso. Y debe ser el mismo el que se reúna para darle fin a esta disputa. Pero debe tener en cuenta que requerimos una solución, y NO una guerra interna.

Creo que seguir el debate a partir de si debe o no debe seguir Redrado nos saca del problema fundamental que es qué se debe hacer con los fondos. Así que como ciudadanos debemos solicitar que se trate en el congreso y que se busque la solución que más nos convenga a todos. Pero lo más importante es que se nos informe a todos a dónde van a ir los fondos, y cómo se van a utilizar. Pero por favor, no somos idiotas, así que explíquenos CON LUJOS DE DETALLES qué es lo que se va a hacer.

miércoles, 6 de enero de 2010

Software Libre - PARLASOL

Muy interesante ... Pero me gustar ... Ver más...ía sumar una idea.
A mi entender, el software libre es importante, pero no por motivos económicos.
Si partimos de la base de que una computadora, hoy día se ha convertido en un bien casi necesario. Es un avance que cada uno tiene en su hogar, trabajo, escuela, universidad, etc. (sin entrar a discutir el problema de los más necesitados) Como bien explica el artículo, todos utilizamos un sistema operativo, programas, y otros aplicativos, para poder realizar nuestras tareas diarias, sin este software no podríamos realizar nada en la PC. Bueno es ahí donde entra la importancia del software libre, es una especie masificación de este conocimiento. Permite que cada uno de nosotros, si tuviéramos conocimientos de programación, pudiéramos saber qué es lo que hace, modificarlo, mejorarlo, y otras cosas. Esto nos da la seguridad de lo que estamos utilizando.
Cuando vamos a construir un hogar, o comprarlo, averiguamos qué es lo que tiene, y vamos a verlo para corroborar que no nos estén vendiendo piedritas de colores. Bueno en esto es lo mismo, para mi.

Aquí transcribo el artículo comentado:

“Libertad de Software”

Logo del ProyectoJean Jacques Rousseau decía que “el hombre ha nacido libre y por doquiera se encuentra sujeto con cadenas”.

Existen distintos tipos de libertades, por ejemplo, la libertad de pensamiento. Más allá de lo que nos impongan por la fuerza, en nuestro interior tenemos la posibilidad de pensar y creer lo que queramos. En los últimos tiempos, la libertad de prensa, se ha puesto en boca de muchas personas. A pesar de que el sistema actual de medios de comunicación no la garantiza, hay cruzadas en todo el mundo para mejorarla. En Argentina, la resiente aprobación de la Ley de Medios marca un hito en esta lucha.

De esta manera podríamos seguir enumerando distintos tipos de libertades. Sin embargo, hay una de la cual somos plenamente inconscientes y la tenemos completamente coartada: la libertad de software.

Para ayuda de muchos, comencemos diciendo que el software es la parte intangible de nuestra PC, aquello que no vemos físicamente: los programas.

El hardware, en cambio, es aquello que constituye a nuestra computadora físicamente y la hace funcionar. Aquí nos referimos a la placa madre, las memorias ram, el procesador, etc.

Dicha esta aclaración, continuemos… En 1995, Microsoft, la pequeña empresa de Bill Gates, lanzó el software que revolucionaria el uso personal de computadoras: Windows 95. En 4 días se vendieron un millón de copias. El sistema ofrecía la incorporación de la barra “inicio”, algo que hoy nos resulta plenamente rutinario.

Con el paso del tiempo la empresa se fue consolidando y fueron saliendo al mercado nuevas versiones del sistema operativo Windows. El éxito continúo y para el año 2000 la compañía ya era el líder mundial en materia de software.

Al adquirir una PC, estamos pagando con ella un plus que corresponde al sistema que trae instalado. Si decidimos armar nuestra propia máquina, lo más probable es que tengamos que comprarlo o tal vez piratearlo, pero estamos sujetos a este sistema, no tenemos otra opción.

Con este pequeño análisis surgen algunas preguntas: ¿Qué hacemos si al entrar a un ciber nos encontramos con que las máquinas no tienen instalado ningún Windows? ¿Qué creen que pueden hacer en sus máquinas particulares sin este mismo sistema? ¿Qué haríamos en la escuela si nos encontramos que nuestra PC de estudios tampoco lo tiene? La respuesta a estas preguntas es siempre la misma. Sin Windows podemos hacer lo mismo o aún más.

En 1983, Richard Stallman comenzó a trabajar en el proyecto GNU. Su objetivo era el desarrollo de un sistema operativo Unix compuesto enteramente de software libre. En 1991, Linus Torvalds, se sumó a esta búsqueda y desarrolló lo que con el tiempo sería Linux.

Cuando la primera versión del núcleo Linux fue liberada, el proyecto GNU ya se encontraba en una etapa muy avanzada, por lo cual, el aporte de Torvalds significó el eslabón restante para el desarrollo del primer software libre masivo para uso individual.

A pesar de esta alternativa plural y libre, seguimos usando Windows. Desde nuestras escuelas, se enseña a los niños a utilizar este sistema impuesto por el capital, coartando las libertades individuales de elegir y sometiéndonos a una gran dependencia. Se nos enseña a ser esclavos de un sistema que nos condicionará por el resto de nuestras vidas.

Para paliar esta necesidad nace el proyecto ParlaSol (Parlamentarios para el Software Libre). Se trata de una iniciativa surgida por un grupo de cuadros virtuales de Argentina y España que busca promover que los parlamentos de todo el mundo impulsen proyectos de Ley para incentivar el uso de software libre en los establecimientos educativos estatales.

La idea es crear un proyecto parlamentario modelo, que sirva como ejemplo para que los legisladores de distintos lugares puedan presentar sus propias versiones según sus necesidades y posibilidades.

Esta iniciativa, plenamente ambiciosa e impulsada desde una cibercampaña, puede ser el punto inicial para que cada día seamos un poco más libres.

Frase

Quién va con la verdad no tiene que temer; el que va con la mentira cree que puede destruir todo, incluso, hasta la verdad. Pero las mentiras arrasan hasta con sus creadores, y la verdad vuelve a flotar.